Al igual que con los coches, ya cambiamos menos de móvil. La crisis nos ha llevado a un ritmo de recambio superior a los dos años. En este tiempo, en el que se suele acabar la garantía, la caída de las subvenciones de las operadoras y que cada vez más usuarios optan por un terminal libre, con la inversión que esto supone, hace que el mercado de las reparaciones haya experimentado durante 2015, y de cara a 2016, un importante crecimiento.
La introducción de los smartphones en España hace que ya, la mayoría de los usuarios, cuenten con un dispositivo de grandes dimensiones, lo que también aumenta el peligro de roturas y, un tiempo más largo de recambio, el de sufrir desperfecto. Uno de los últimos informes desvela que en 2014, se realizaron más reparaciones de terminales en España que en ningún otro año.
Por marcas, el iPhone de Apple, en sus diferentes variantes, es el que se lleva la palma, quizás precisamente por lo caro de la renovación de los terminales, a la hora de las reparaciones y ha sido el que ha ocupado el 70% del total de incidencias, según el estudio. De nuevo, como era de esperar, la rotura accidental de la pantalla es la avería más común, con un 80% de los casos aunque el mal uso o el desgaste de los componentes, dada la nueva longevidad de los terminales, es el supuesto siguiente, con recambios de botones de encendido, volumen y baterías que pierden su eficacia.
De cara a 2016 se espera que aún se eleve más el número de usuarios que reparen su terminal, de nuevo por las mismas razones, ya que saldrá más barato que hacerse con un nuevo dispositivo en la mayoría de los casos y, además, revaloriza el terminal para una posible venta de segunda mano algo más ventajosa.
“Los usuarios demandan servicios transparentes que les generen confianza y ahorro en el móvil ante el enmarañado y, a veces engañoso, panorama tecnológico móvil español” concluye Luis Sancho, ex director de Marketing de Tuenti Móvil, quien pronostica la consolidación de este mercado de las reparaciones. En este sentido, los costes de las reparaciones se mantendrán también estables, rondando la más económica unos 40 euros para subir a los 200 euros en el caso de necesitar el cambio de una pantalla como la de los nuevos iPhone, que necesita de la sustitución de alguna que otra pieza más y algo más de trabajo.
